miércoles, 29 de julio de 2009

PRIMEROS AMORES QUE HIEREN


Se Se llamaba Martha y el niño que aún sobrevive de mí la busca. Como sí el tiempo se hubiese detenido, ella está ahí, en la carpeta de enfrente. La contemplo fijamente mientras mira su cuaderno. Ha llegado no sé de qué colegio o ciudad y es la atracción de todo el salón.
Tenía labios carnosos, (nunca había visto a Julia Roberts) y hoy entiendo lo que es  una boca nacida para besar. Todas las tardes iba a jugar partido cerca de la casa de su hermana (ella era huérfana) y hasta que no la veía no estaba tranquilo. Era esa etapa en que las imágenes nos hacen felices. No sabemos de sexo, y las mujeres se nos sugieren ángeles a quienes hay que adorar. A los 12 años se es pequeño para el mero placer.  Sólo besar a una chica era nuestro más grande anhelo. Por ello me lastima no haber tenido el valor para declararle mi amor.
Era la fiesta de promoción de primaria cuando perdí mi oportunidad de oro. Aunque no tuve el valor de sacarla a bailar (maldita timidez), a través de un amigo me mandó a decir que me esperaba al final de la fiesta. No entendí el lugar preciso (o ese fue el pretexto de mi falta de valor). El hecho es que aún me hiere el alma verla salir de una calle oscura donde había estado aguardando. Lloré de rabia toda la noche y ni siquiera tuve la ocasión de explicarle las cosas. Dos días después me vine a Piura definitivamente a estudiar la secundaria y nunca volví a verla.
Y dicen que no es fuerte el primer amor. Ya lo ven. Las imágenes son nítidas a pesar del tiempo. El corazón recuerda con mayor claridad que la mente. Hasta el timbre de su voz, mitad niña mitad mujer, hoy perdura en mi. No es la infancia la que añoramos con nostalgia, sino algo que se quedó sin resolver. Para mí tuvo forma de mujer. Mis primeros sueños y mis primeras lágrimas fueron para ella. Inmortalizada en sus 12 años. No hay fotos, ni correo electrónico. Tampoco lo he necesitado, pues ella es inmortal en mi corazón. No ha cambiado y espera mi regreso. Mi cuerpo envejeció, pero mi alma joven la busca para amarla...