jueves, 21 de junio de 2012

"POST COITUM OMNE ANIMAL TRISTE EST"

Frase atribuida a Galeno. Expresa la tristeza suprema y profunda que sigue a la culminación del acto de amor (trato de ser sutil al expresarme).  Cuando se siente la separación más inesperada y cortante que rompe cruelmente el goce de ser dos en uno.
Quizá la comunión del amor es tan grande que hasta las almas ligadas en ese momento idílico, se niegan a separarse una de la otra. Por ello,  cuándo torpemente nos marchamos (o nos ponemos a fumar) ahondamos aún más el desgarro de esta desolada separación.
Un gesto de fina y pausada ternura debería consolar a esa alma, de pronto arrebatada de ese cielo momentáneo. Besar (repetidas veces) el cabello de aquel ángel que nos ofrendó lo más maravilloso de su encanto podría ser una forma de decirle "estoy contigo y te seguiré amando por siempre".
Los hombres no hemos aprendido a celebrar esas visitas, tal vez efímeras pero indelebles al paraíso. Trivializamos ese maravilloso momento y lo despojamos de ese halo místico que largamente merece el eden concedido por alguna divinidad...

viernes, 6 de abril de 2012

DULCE NOSTALGIA DE TI

Hace tiempo que no se nada de ti. Quiero decirte que sólo puedo sentir gratitud por todo lo bello que me hiciste pasar. Fui inmensamente feliz contigo y estoy seguro que nunca viviré momentos tan maravillosos como los nuestros. Jamás te conté como preparaba mis viajes a Lima y la ansiedad por verte que crecía a cada minuto. Jamás dormía en el ómnibus, pues sólo quería que el tiempo volara para tenerte entre mis brazos. Nunca cerraba los ojos cuando estaba contigo porque no me saciaba de mirarte y cuanto más te contemplaba, más ganas tenía de acariciarte y besarte. Podían pasar horas y horas y no quería que te separes de mi. Ahora entiendes porque me enojaba cuando tardabas en llegar, pues esa habitación sin ti perdía todo su encanto. En cambio cuando llegabas, recuerdas como me arrojaba sobre ti, más hambriento de amor que nunca. No encuentro las palabras para describir como tocaba el cielo con cada una de nuestras locuras. Cada milímetro de ti era el paraíso para mí. Desde el aroma de tu cabello hasta la sensualidad de tus pies. Adoraba todo lo tuyo y no quería separarme ni un momento. Ahora realmente puedo afirmar (como dice una canción medio cursi) que contigo aprendí a amar y siempre me preguntaré qué obra buena había hecho para merecerte a ti, tan angelicalmente dulce y tan ardientemente sensual. Aunque siempre lamentaba no haberte conocido antes, trataba de disfrutar este grandioso amor, algo tardío, pero tan deslumbrante. Siempre tuve parejas nobles, pero ninguna llegó a enloquecer mi corazón como tú. Ahora sólo vivo de recuerdos, y aunque te extraño un montón, me reconforta comprobar que iluminaste mi vida. Pintaste de colores mis vivencias y cuando muera, podré evocarte tan vivamente y sobre todo podré decir como pocos “FUI UN HOMBRE FELIZ”