jueves, 21 de junio de 2012

"POST COITUM OMNE ANIMAL TRISTE EST"

Frase atribuida a Galeno. Expresa la tristeza suprema y profunda que sigue a la culminación del acto de amor (trato de ser sutil al expresarme).  Cuando se siente la separación más inesperada y cortante que rompe cruelmente el goce de ser dos en uno.
Quizá la comunión del amor es tan grande que hasta las almas ligadas en ese momento idílico, se niegan a separarse una de la otra. Por ello,  cuándo torpemente nos marchamos (o nos ponemos a fumar) ahondamos aún más el desgarro de esta desolada separación.
Un gesto de fina y pausada ternura debería consolar a esa alma, de pronto arrebatada de ese cielo momentáneo. Besar (repetidas veces) el cabello de aquel ángel que nos ofrendó lo más maravilloso de su encanto podría ser una forma de decirle "estoy contigo y te seguiré amando por siempre".
Los hombres no hemos aprendido a celebrar esas visitas, tal vez efímeras pero indelebles al paraíso. Trivializamos ese maravilloso momento y lo despojamos de ese halo místico que largamente merece el eden concedido por alguna divinidad...