jueves, 21 de mayo de 2009

MUJERES BELLAS Y MARIO BENEDETTI

Son las tres de la mañana y el insomnio es invencible. Miro una historia interesante en la TV. Relata el último día de libertad de un traficante. Sin embargo lo que atrapa mi atención es la belleza de su novia. Se llama Naturelle y hace honor a su nombre. Joven, espontánea, esbelta, dulce y sensual. Lo tiene todo para ser codiciada. Sin embargo pienso que se trata de un producto artístico – decir comercial implica hipocresía –, un anzuelo sutil para el deleite de los hombres. Estas cosas las conocía muy bien Mario Benedetti, quien partió esta semana a la inmortalidad. Su devoción por las bellas mujeres era desbordante, pero su sensibilidad social exigía amores que se conmuevan ante la opresión y la pobreza. Unos pequeños versos lo ponen de manifiesto: "tu boca que es mía y tuya / tu boca no se equivoca / te quiero porque tu boca / sabe gritar rebeldía. O este otro más contundente aún: tus manos son mi caricia / mis acordes cotidianos / te quiero porque tu mano / trabaja por la justicia. Artista comprometido y de una estoica consecuencia moral, sufrió los ataques de los matones que asaltaron el poder en su patria Uruguay. Partió al exilio en 1973 y vivió en Cuba hasta 1985. Observó en el lugar de los hechos los avances de la revolución y fortaleció su militancia socialista. De vuelta a su país terminó por convertirse en referente ético y artístico, y sobre todo se ganó el cariño y el respeto de sus compatriotas. "La tregua" es sin duda su más celebrado trabajo. Escrita en formato de diario personal, relata la redención afectiva de dos empleados públicos sumidos en la gris cotidianeidad de una vida existencialmente pobre. Lejos de contarnos irreales y ridículas historias de hadas o príncipes, los personajes de Benedetti son reales, pues se enamoran en oficinas burocráticas dando vida a estos tediosos ambientes. Es ahí donde brota la ternura y la heroicidad. Pintadas con fina destreza hace inevitable la identificación esperanzadora con los destinos de estos personajes. Lejos estuvo el maestro de vendernos artificiales historias engendradas por el marketing. Laura Avellaneda y el viudo Martín Santomé son personajes terrenales. Desprovistos de la exuberante belleza, tienen el encanto de la frágil sencillez y de la ternura. El idilio que construyen juntos está desprovisto de fastuosidades y soberbios egoísmos. En el fondo de su ser ambos saben de la inexorabilidad del tiempo y de la última oportunidad que les ofrece la vida. Así escribió (y también vivió) Mario Benedetti y sus obras son un manantial para espíritus idealistas y románticos. Imaginando una mujer como Naturelle (la bella esposa del gangster de la película) y la sensibilidad de las criaturas del maestro intento dar forma a estas palabras

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