jueves, 25 de agosto de 2011

TIEMPOS DEL “TENER”, ANTES QUE DEL “SER”

Los hechos ocurrieron en el antiguo cine Municipal de Piura. Había invitado a una amiga a ver “La Lista de Schindler”, sobrecogedor film sobre el holocausto judío. Me sorprendió que lo que más llamara su atención, fuera el “lindo collar” de una de las protagonistas. Traté vanamente de explicarle que se concentre en la desgarradora trama y no en frivolidades. Sólo conseguí que me exija llevarla a su casa. En ese momento coincidí con  Keith Richard, quien dijo alguna vez que a las mujeres no había que entenderlas, sino sólo amarlas.
Ese acontecimiento me sirve ahora para representar actitudes humanas contrapuestas. Lo espiritual frente a lo material, lo profundo frente a lo superficial, lo  sencillo frente a lo suntuario, lo sensible frente a lo indolente. En el plano formal, las primeras son obviamente superiores, pero en la vida real, la mayoría de la gente, consciente o inconscientemente, se conduce en función a las últimas.
En efecto. En estos tiempos más que en otros,  el valor de una persona se infiere por la posesión de bienes. Cuidado. No afirmo que poseer dinero es malo per se, Oskar Schindler fue precisamente un brillante caso de cómo ennoblecer la riqueza. De lo que hablo  – la frase es de clisset – es de la tendencia a preferir el “tener” antes que el “ser”, que no es otra cosa que el reinado del consumismo en todos los planos.
Un ejemplo ayuda a entender la idea. Llegan a un mismo evento Dionisio Romero y Mario Vargas Llosa – utilizo a un escritor liberal para que no me tilden de comunista –   a la misma hora. Ambos en lujosos carros. Del hombre de letras simplemente dirán algo como: ¡Llegó Vargas Llosa!. El comentario sobre el banquero  posiblemente será: ¡Mira la tremenda 4 x 4 de Romero! A diferencia del primero, cuyo solo nombre  tiene un valor intrínseco, la valía del segundo está asociada a lo suntuoso de sus propiedades.
He utilizado un ejemplo extremo para graficar la reflexión. Tomemos el mundo de los políticos donde la riqueza está asociada al poder. Haya (no tuvo una mansión en Paris como Alan García), Mariátegui, Luis Alberto Sánchez y Barrantes; vivieron y murieron austeramente. Su referente fue su vida y sus obras y no sus propiedades. Algunos desempeñaron cargos,  pero no se aferraron a éstos, ni menos los utilizaron en beneficio propio.
De lo anterior formulo una teoría. Existe una relación inversa entre el afán de poder y la calidad humana, léase Honestidad y lucidez. Consecuentemente, Alan García y Fujimori al carecer de ellas, lo han compensado  con la acumulación de poder y riqueza. Si a ello sumamos la falta de sensibilidad, me remito a las masacres de el Frontón y de la Cantuta,  mi amiga del cine es un ángel a su lado. A estas alturas y para terminar, ya se habrán percatado que urge más que nunca, la heroica formación de líderes, que cultiven el “ser” y no “el tener”.   

No hay comentarios: