lunes, 26 de septiembre de 2011

OBJETIVO. NO AMARTE

Esta noche comenzaré la inhumana misión de ya no amarte. Sin alcohol, sin drogas, sin anti depresivos. Será el desafío más grandioso, pues logrado esto, pocas cosas tendrán el adjetivo "imposible". 
Debo dejar de amarte para ya no sufrir inútilmente, pues mis ideales colisionan con tus sentencias en las que el prejuicio anidó una noche de mis existenciales vacaciones.
Lo dictamino, aunque en ello se me vaya parte de la vida. Le prohíbo al corazón seguir amándote. Llegarán jornadas donde el desamor de nuevo traté de aniquilarme, pero es mejor eso a la indignidad del rechazo. No te odio, sólo quiero soslayarte como un poema extraviado, cuya lectura inspiró sueños con desolados despertares.
Quiero no amarte para  buscar otros amores que abracen mi alma, la que tú dejaste ir esta noche junto a mi desesperanza. Y también porque tú me enseñaste a desconfiar de los puntos intermedios, tibios o  indefinidos.
Pienso ahora con cabeza fría (señal de que es posible ya no amarte) que escribir contra el sentido natural del corazón es poco liviano, por aquello de que los amores imposibles son las más expertas musas. Pero. Has pasado de ser un amor imposible a uno acabado, olvidado y sobre todo aniquilado. 
Siento pena por mi, pues muchas palabras enmudecerán en este tranvía donde cada noche viajamos no más de dos pasajeros. Pero también siento pena por ti, pues aquella ternura de la cual eras soberana reina, pasará a propiedad de alguna tierna mirada que alcanzo a ver en camino.
Qué más dá, especialista en adioses, en lágrimas perladas por el fracaso. Una despedida será un capítulo más de este libro de mi vida, donde estoy arrancando las páginas de tu historia, linda, pero agotadora como una carrera hacia un seco pozo.
Los puntos suspensivos estaban aquí "..."     
Una semana de vacaciones al corazón le harán un inestimable bien. El punto final está acá "."  

jueves, 22 de septiembre de 2011

DYLAN AXEL. EXTERMINADOR DE MELANCOLÍAS

Soy un vampiro de tu paz y de tu alegría Dylan Axel. Misteriosa y mágicamente, comienzo a sentirme bien nada más empezamos a jugar, y para bien o para mal (creo que más para bien) tu energía es inagotable. A veces la media noche nos sorprende matándonos de risa, creando un oasis existencial en medio de mi detestada neurosis. Quizá, una de tus tantas misiones en el mundo sea disciplinarme tiernamente para que me acueste y me levante temprano.
Llegará un día en que, con la adolescencia a cuestas, el implacable desamor y los sinsentidos se llevarán tu fresca inocencia. ¿Cómo podré ayudarte entonces, si no he aprendido a entender mis contradicciones? Lo poco que sé es que desde ahora, más que mi hijo, eres mi pequeño amiguito, y espero lo sigas siendo con el tiempo. Por eso a veces trato de dominar mi angustia cuando te veo temerariamente subir una escalera, pues tendrás que afrontar desafíos y peligros mucho más grandes de adulto. No obstante, me preocupa enormemente que, a mi pesar, veas en mí a tu modelo.  ¿Qué te puedo enseñar Dylan Axel si cuando no estoy dando clases, me encierro en mi mismo? ¿Cómo instruirte, por ejemplo, a ser responsable, si mi vida es un caos donde siempre me encuentro buscando las cosas perdidas en la casa?
De pronto, si un día un libro o un autor te inquietan, podríamos conversar para desentrañar sus misterios.  En el fondo quisiera que busques en Kafka, antes que en Coelho respuestas para la condición humana. Sea lo que fuere, deberás construir tu camino tramo a tramo, y espero que la ineludible melancolía, antes que derribarte, te fortalezca en el,  a ratos difícil, combate por vivir.
Mientras tanto aquí me tienes escribiendo sobre ti para cuando me leas sepas que desde niño eras diestro en procurar sosiego a tu padre. Por lo demás, espero que seas más inteligente que yo para entender que es mucho más sabio reírse de la vida antes que atormentarte por sus sinsabores…

martes, 13 de septiembre de 2011

MUJER NIÑA

Es verdad. el secreto del encanto de las mujeres es conservar la frescura de la niñez. No me refiero a la falta de arrugas, ni siquiera a la esbeltez,  sino cuando aún no inspiraban atracción, sólo ternura y nos hacían reír tanto con sus ocurrencias. A la mujer no le queda la seriedad, o la madurez entendida como regañar cada vez más y bromear cada vez menos. Inmediatamente, o nos recuerda a la profesora mala que sufrimos, o a la jefa tirana. La mujer debería hacerse engreír con gestos femeninos y traviezos. Las hijas (antes de cumplir los 15) lo saben. Por eso los padres las quieren tanto.
Insisto. No se trata de la anatomía, la magia del su hechizo está en la frescura de los gestos y hasta en la voz. La señal de que hemos caído en su encanto, y será difícil salir de éste, es cuando sentimos unas irreprimibles ganas de jugar con ellas. Cuando despiertan y sintonizan con el niño que todos llevamos dentro. Y como los niños deben proteger a las niñas, entonces los vínculos se tornan indestructibles. Incluso una deliciosa malacrianza de vez en cuando puede hacernos sentir como el padre comprensivo que le consciente todo a su hijita menor, a cambio de una sonrisa o de un abrazo...

domingo, 11 de septiembre de 2011

VEN, SOL DE PRIMAVERA

El sol es la fuente de vida por excelencia. La frase es más que un clisset. Es la disposición gratuita y grandiosa de tanta energía que Dios o la naturaleza nos ofrenda. Sólo es comparable con el afecto de los ángeles que han guiado nuestra vida. Por eso cuando el desamor se instala junto al frío el alma se debilita y finalmente enferma. Pero cuando falta el sol, también el cuerpo se siente mal. Algunos inviernos suelen encontrarnos sin la ternura de una mirada de mujer y hacen presa fácil de nosotros. El frío, la humedad y el ambiente gris de esos tiempos (como ahora) se cuela por nuestros poros contaminando nuestros pulmones que se defienden a punta de fiebre y de tos. Eso es tremendamente aburrido e insoportable cuando no se marcha en varios días.
Por eso hoy la resaca política y la resaca post resfrío están haciendo estragos en mi. Cuando parece que el alivio inunda mi mente y mi organismo, un nuevo decaimiento me devuelve a un estado donde la paciencia y el optimismo ya perdieron mucho terreno. Ahora entiendo a cabalidad que no hay nada más grandioso que gozar de salud. Todo lo demás es pasajero y manejable. En cambio las dolencia son persistente y van gastando poco a poco, pues nadie es capaz de llevar una vida tan marchita.
Como las aves o como las plantas, TE NECESITO SOL AHORA QUE EL INVIERNO SE TORNA CRUEL...

sábado, 10 de septiembre de 2011

SOBRE EL PERDÓN

Recuerdo una memorable escena del film 'La lista de Schindler'. Mientras bebe con el sádico comandante nazi de los campos de concentración, el industrial benefactor lo instruye sobre el poder. Después de escucharlo alardear sobre la cantidad de judíos que ha matado, Oskar Schindler le explica que el máximo poder no se demuestra quitando la vida. Cualquiera puede matar – le enfatiza- pero perdonar la vida, incluso a quien no la merece, eso es verdadero poder y, además de Dios, sólo lo tenían los emperadores romanos, con el simple hecho de levantar su pulgar.
En los días siguientes, el nazi explora esta dimensión del poder y perdona una vez. No obstante, su pequeñez moral complota contra su nonata redención. Le cuesta mucho perdonar y continúa ejecutando a cuanto judío se cruza en su camino. Y es que el verdadero perdón es sólo un atributo de almas grandes. De espíritus con el poder que confieren la paz de conciencia y el amor. La mayoría de los mortales somos demasiado pequeños para perdonar. El resentimiento y el ansia de revancha se apodera de nosotros ante la más nimia de las bromas que resultamos considerando como ofensas.
Y así vamos por la vida esperando el momento de pasar la factura a quienes “nos hicieron una”. Nos amargamos, perdemos la amistad de personas de quienes podemos aprender y disfrutar mucho. Pero lo verdaderamente tonto es que el mayor daño nos lo hacemos nosotros mismos.
Me cuesta decir esto, pero, algunas noches la madrugada me ha sorprendido recordando viejas o insignificantes ofensas. Incluso algunas de personas realmente nobles y generosas. Sin embargo, carezco del valor de tomar el teléfono para decir un simple “lo siento”. Un orgullo tonto y autodestructivo se pone la máscara de la “fortaleza” y logra convencerme para seguir masticando mi amargura.
El perdón es un acto de grandeza interior que nos impulsa a abrazar a quien nos dañó o quiso hacerlo. No es aprobar sus acciones (erradas o no), ni menos ceder a sus propósitos. Se trata de liberarnos de la miseria afectiva que nos mezquina la paz interior. En pocas palabras, además de su elevado sentido moral y religioso, es una expresión de salud mental. No olviden mis palabras. Se lo dice alguien que aún no termina de aprender a perdonar…

viernes, 9 de septiembre de 2011

SUEÑOS DE LOS SENTIDOS (Inspirado en una mujer de preciosa cintura)

No quisiera morir sin que llegue una nueva ninfa para amar. Quiero profundizar las delicias de algo tan sublime y misterioso como besar a una chica de labios sensuales. Dejar marchar los episodios frívolos, y vivir haciendo de los sentidos (y de la piel) los medios más fecundos para aprender
Lo declaro, aquí y ahora. Quiero besarte toda la noche. comenzar por el dedo meñique del pie y terminar por el cabello. Escribir con mi boca un poema en cada porción de tu cuerpo. Sentir el fuego inmortal de tus gemidos y no rendirme ante los embistes de tu agreste pasión. Quiero escucharte cantar en mis oídos toda la noche para fijar tu voz en los sentidos para futuras felicidades. Que el placer es efímero, y el recuerdo es eterno. Quiero sintonizar el latir de nuestros corazones juntando nuestros pechos. Que nuestras manos se exploren como excitadas gitanas de tan inmensa fortuna. Quiero atrapar tus labios y quedármelos conmigo. Horas y horas alimentándome de elixir sagrado de tu boca. Quiero enterrar mi soledad y las espinas de mi alma en todas tus profundidades. Refugiarme, como Gustavo Cerati, entre tu cuerpo, y desterrar todos los miedos y las angustias que me acosaron antes de tu llegada. Quiero abrazar tu sonrisa y llevármela a mi cama para ya no sentir el hierro de los domingos solitarios donde la muerte acosa. Quiero amarte sin códigos y sin que el tiempo se convierta en tirano que devora los momentos más dulces, porque tus besos serán lo único que derrotará todo lo que ha confabulado para hacerme presa del desamor. Quiero que te quedes conmigo, desde ahora hasta la eternidad...

jueves, 1 de septiembre de 2011

ARDIENDO EN EL SAGRADO AMOR (Envío de poeta colaboradora) (*)

Tu cuerpo y el mío.
Uno frente al otro.
Desnudos.
Contemplándonos,
en la tenue oscuridad, 
con la luz del deseo.
Escuchando el musical silencio.
Nuestras manos se enlazan.
Toman fuerza
de esa energía compartida,
que nos impulsa a  sentir, 
a palpar, a explorar,
cada átomo de piel, 
de contacto… 
y también de espacio,
entre Tú y Yo.
Un fuego intenso,
invade presuroso,
cada ignoto rincón
de la pequeña habitación
que convirtiéndose va,
en paraíso terrenal, 
lleno de Ti, y lleno de Mí.  
Convertido por amor,
en el ecuánime “nosotros”.
Así vamos ardiendo,
desplegando húmedo fuego,
esa llama enorme y sagrada,
atesorada celosamente,
en las santificadas entrañas,
que a sentir nos lleva, 
el sideral universo.
Nuestros labios insaciables. 
Nuestras lenguas enlazadas.
Devorándose… 
en el ansia de poseerse, 
de fusionarse en uno...
Sí... en uno... en uno.
El aroma embriagador, 
de ardientes  cuerpos desnudos,
de sexo…, de sexo.
Que abrazadoramente se esparce,
en la cómplice habitación.
Congregando ese paraíso.
Ese vendaval de pasión, 
de entrega, 
de Amor...
Sexos unidos, unidos…
Hasta lo deliciosamente prohibido, 
gimiendo, temblando… 
el uno al otro atrapando.
Explotando,
en el estremecedor orgasmo.
Hasta sucumbir, ya sin fuerzas.
Tu cuerpo y el mío,
juntos, extasiados,
abrazados reposando,
dispuestos una vez más,
a empezarse de nuevo a amar…

(*) Por inapelables motivos la autora prefiere permanecer en el anonimato.