![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf6YHKR05IzrJp7JYmdklztVf8JzQXk6GHPpR2bTvMfBO1HmZaMCXfat0Uc1OjzlJV0rLQKcwgrmXQRDon5zPGZFW251YSityGM7ajICzkPmu858yFzvQeDrI28YAvhql8xRySlBwcBPNA/s200/h-schindler-02.jpg)
En los días siguientes, el nazi explora esta dimensión del poder y perdona una vez. No obstante, su pequeñez moral complota contra su nonata redención. Le cuesta mucho perdonar y continúa ejecutando a cuanto judío se cruza en su camino. Y es que el verdadero perdón es sólo un atributo de almas grandes. De espíritus con el poder que confieren la paz de conciencia y el amor. La mayoría de los mortales somos demasiado pequeños para perdonar. El resentimiento y el ansia de revancha se apodera de nosotros ante la más nimia de las bromas que resultamos considerando como ofensas.
Y así vamos por la vida esperando el momento de pasar la factura a quienes “nos hicieron una”. Nos amargamos, perdemos la amistad de personas de quienes podemos aprender y disfrutar mucho. Pero lo verdaderamente tonto es que el mayor daño nos lo hacemos nosotros mismos.
Me cuesta decir esto, pero, algunas noches la madrugada me ha sorprendido recordando viejas o insignificantes ofensas. Incluso algunas de personas realmente nobles y generosas. Sin embargo, carezco del valor de tomar el teléfono para decir un simple “lo siento”. Un orgullo tonto y autodestructivo se pone la máscara de la “fortaleza” y logra convencerme para seguir masticando mi amargura.
El perdón es un acto de grandeza interior que nos impulsa a abrazar a quien nos dañó o quiso hacerlo. No es aprobar sus acciones (erradas o no), ni menos ceder a sus propósitos. Se trata de liberarnos de la miseria afectiva que nos mezquina la paz interior. En pocas palabras, además de su elevado sentido moral y religioso, es una expresión de salud mental. No olviden mis palabras. Se lo dice alguien que aún no termina de aprender a perdonar…
1 comentario:
Cuánto nos cuesta perdonar a quién nos lastima, o darnos cuenta que hemos ofendido, pero cuando pasa el tiempo(los años) nos damos cuenta ,que necesitamos a esa voz que nos diga te perdono y perdoname...eso quisiera yo escuchar o leer solo para sentirme muy bien.
Publicar un comentario