martes, 13 de septiembre de 2011

MUJER NIÑA

Es verdad. el secreto del encanto de las mujeres es conservar la frescura de la niñez. No me refiero a la falta de arrugas, ni siquiera a la esbeltez,  sino cuando aún no inspiraban atracción, sólo ternura y nos hacían reír tanto con sus ocurrencias. A la mujer no le queda la seriedad, o la madurez entendida como regañar cada vez más y bromear cada vez menos. Inmediatamente, o nos recuerda a la profesora mala que sufrimos, o a la jefa tirana. La mujer debería hacerse engreír con gestos femeninos y traviezos. Las hijas (antes de cumplir los 15) lo saben. Por eso los padres las quieren tanto.
Insisto. No se trata de la anatomía, la magia del su hechizo está en la frescura de los gestos y hasta en la voz. La señal de que hemos caído en su encanto, y será difícil salir de éste, es cuando sentimos unas irreprimibles ganas de jugar con ellas. Cuando despiertan y sintonizan con el niño que todos llevamos dentro. Y como los niños deben proteger a las niñas, entonces los vínculos se tornan indestructibles. Incluso una deliciosa malacrianza de vez en cuando puede hacernos sentir como el padre comprensivo que le consciente todo a su hijita menor, a cambio de una sonrisa o de un abrazo...

No hay comentarios: