jueves, 1 de septiembre de 2011

ARDIENDO EN EL SAGRADO AMOR (Envío de poeta colaboradora) (*)

Tu cuerpo y el mío.
Uno frente al otro.
Desnudos.
Contemplándonos,
en la tenue oscuridad, 
con la luz del deseo.
Escuchando el musical silencio.
Nuestras manos se enlazan.
Toman fuerza
de esa energía compartida,
que nos impulsa a  sentir, 
a palpar, a explorar,
cada átomo de piel, 
de contacto… 
y también de espacio,
entre Tú y Yo.
Un fuego intenso,
invade presuroso,
cada ignoto rincón
de la pequeña habitación
que convirtiéndose va,
en paraíso terrenal, 
lleno de Ti, y lleno de Mí.  
Convertido por amor,
en el ecuánime “nosotros”.
Así vamos ardiendo,
desplegando húmedo fuego,
esa llama enorme y sagrada,
atesorada celosamente,
en las santificadas entrañas,
que a sentir nos lleva, 
el sideral universo.
Nuestros labios insaciables. 
Nuestras lenguas enlazadas.
Devorándose… 
en el ansia de poseerse, 
de fusionarse en uno...
Sí... en uno... en uno.
El aroma embriagador, 
de ardientes  cuerpos desnudos,
de sexo…, de sexo.
Que abrazadoramente se esparce,
en la cómplice habitación.
Congregando ese paraíso.
Ese vendaval de pasión, 
de entrega, 
de Amor...
Sexos unidos, unidos…
Hasta lo deliciosamente prohibido, 
gimiendo, temblando… 
el uno al otro atrapando.
Explotando,
en el estremecedor orgasmo.
Hasta sucumbir, ya sin fuerzas.
Tu cuerpo y el mío,
juntos, extasiados,
abrazados reposando,
dispuestos una vez más,
a empezarse de nuevo a amar…

(*) Por inapelables motivos la autora prefiere permanecer en el anonimato.

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